desrazon

Un incendio de cólera
Mi alma calcinó
Solo dejó residuos, mi vida terminó

De aquellas cenizas como ave fénix resurgió
Mi duro y negro corazón
Que soportó ese despiadado sabor

Un alarido desesperado se proclamó por los cielos
Cuál Melibea viendo a Calipso
Cayendo, al desvanecer
Extiendo mi mano al recuerdo

Gélido viento la acaricia
La soledad la besa con prisa

La lame el recuerdo del ayer

Se oye un sonido rasgado
Debe ser mi razón

Nubes negras, en penumbra
Oscurecen mi triste salón

Reconozco mi debilidad
Ante ella se rinde mi mente
Pero no decaigo porque escucho
Mi corazón tañir levemente

Lo alcé con cariño y ternura
 En un puño lo guardé

Pero venganza dulce y fría

Con sangre me cobraré

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